La memoria del futuro


Por Federica Matelli

2014

 

 

                


 

Durante el primer encuentro dedicado al videoarte en el Club Cronopios, con la selección de videos de la exposición Europa, Alma Lejana, proyectamos el vídeo del artista chileno Cristián Tàpies, titulado "Tres Haikus Modernos" (Chile, 2010). El vídeo se presentaba como un viaje, desde las imágenes que componen la memoria hacia la memoria de las imágenes. La memoria, como las emociones, sólo puede registrar pedazos de tiempo y de esa manera fragmentada se construye el sujeto: mediante acotadas capturas de la realidad. El vídeo trataba de un tema muy importante para el individuo y para la sociedad: la memoria en su relación con las imágenes y la realidad, el proceso de creación de la memoria personal y de la memoria histórica. El artista expresaba al mismo tiempo la relación imágenes-memoria-realidad de manera lúcida y poética como en un Haiku japonés.


Los chilenos tienen una atención especial por la memoria –y de una manera casi exclusiva por la memoria mediatizada por las imágenes– después de la herida profunda provocada en la sociedad por la dictadura militar de Pinochet entre el 1973 y el 1990, un pasado reciente que sigue vivo y presente. Y esto se debe, como nos recuerda Jean Luc Nancy, porque:

"La imagen disputa a la cosa su presencia. Mientras que la cosa se contenta de ser, la imagen muestra que la cosa es y cómo es. La imagen es lo que saca a la cosa de su simple presencia para ponerla en pre-sencia […] pero no una presencia «para un sujeto» sino «la presencia en tanto sujeto»".1

Por medio de las imágenes recordamos y aseveramos al mismo tiempo, recordamos los hechos y los afirmamos, decimos «esto fue, esto es». Por esto las imágenes resultan ser de una especial violencia y son uno de los primeros instrumentos de represión de una dictadura, junto con la pena corporal: el castigo y su representación. Néstor Olhagaray en el ensayo Breve reseña de la historia del videoarte en Chile recuerda la brutalidad de la dictadura chilena y su relación con las imágenes:

"La Dictadura, sobre todo en los ochenta, se caracterizó por imponer físicamente los rasgos del orden oficial al explotar expresivamente su visualidad, macabramente, sobre los cuerpos de los sujetos. El cuerpo prisionero, torturado, cadáver o desaparecido. Esta inscripción pública del terror visual de los cuerpos se hará con la complicidad de la televisión".2

 

 

 

Si Pinochet utilizo «la imagen» como instrumento para imponer su horror fue porque era conciente de la fuerza de las imágenes, lo que se hace evidente en la fuerte censura que el ámbito cinematográfico y videográfico chilenos sufrieron en aquellos años, cuya principal consecuencia fue que la mayoría de la producción cinematográfica y videográfica chilena se realizara en el exterior por parte de video y cineastas en exilio:

"La dictadura, casi como política de estado, atacó sistemáticamente al cine hasta su virtual desaparición. En términos de exhibición, de las alrededor de cuatrocientas pantallas que tenía el país en 1973 no más de setenta logran subsistir hacia 1989. Económicamente el régimen militar no dio ningún financiamiento a la producción o distribución cinematográfica, y aun más, derogó dos artículos que incentivaban la ley de presupuesto del cine. En el plano académico, a los pocos años del golpe de Estado se había cerrado casi la totalidad de las escuelas de cine. Más importante, Mónica Villaroel sugiere que “la censura y la autocensura fueron los grandes protagonistas del escenario cinematográfico” (2005: 27-28). Y a pesar que durante la década de 1980 se produjeron 17 largometrajes nacionales, entre 1974 y 1989 sólo cinco cintas chilenas se estrenaron en el país (Subercaseaux, 2006: 200). Más positiva es la cifra de 51 documentales producidos durante la década, gracias a la eficiente utilización del video, aunque muchos de estos no fueron exhibidos comercialmente".3

 

 

           

 

Negar a un pueblo la producción de imagines significa negarle su propia representación, negarle el «tótem» alrededor del cual una comunidad se siente unida. Porque, como remarcan Enric Hobsbawm y Terence Ranger en un libro que ya es un clásico de la historia contemporánea, La invención de la tradición, la creación de los símbolos, de los relatos y de las tradiciones es el semen de la identidad por medio de la auto-representación y un elemento importante para la estabilidad y la cohesión en sociedades en procesos de cambio rápido y profundo.

Privados de la propia memoria, los artistas chilenos han puesto el problema de la memoria al centro. El tema de la memoria y de su construcción vuelve en el vídeo 32º SUR / 73º OESTE de Daniela Contreras (1986) y José M. Santa Cruz G. (1983), aunque estos dos autores lo acercan desde una perspectiva nueva y crítica. Aquello que les preocupa no es tanto la memoria del pasado o su justa representación, sino más bien la producción de la memoria sobre el presente: ¿Cómo sería el recuerdo del presente?

Como me ha explicado en un correo electrónico José Miguel:

"Fundamentalmente el vídeo es un ejercicio de memoria falso, para exponer cómo la escena cultural chilena actual está atrapada en el problema de la memoria, donde ha terminado convirtiéndose en un fetiche institucional, carente de cualquier densidad política. El recordar nos puede abstraer del presente y, por ende, nos abstrae de su posibilidad política. Y en ello, creemos que el vídeo se abre fuera de la escena chilena. Para nosotros esa es una gran pregunta, cómo presentar el vídeo fuera de Chile y que estas operaciones se alcancen a percibir".4

 

 

 

Notas

Nancy, Jean Luc. “Image et Violence”, en Au fond des images. (Paris: Edición Galilée, 2003), 46


2· Olhagaray, Néstor. “Breve reseña del la historia del videoarte en Chile”. En Video en Latinoamérica. Una Historia Critica. (Madrid: Edición Brumaria, 2008), p.109


Bossay, Claudia. “Cineastas al rescate de la memoria reciente chilena”, en Imagofagia Revista de la Asociacion Argentina de Estudios de Cine y Audiovisual. Numero 4. ISSN 1852- 9550, http://www.asaeca.org/imagofagia/sitio/index.php?option=com_content&view=article&id=170%3Acineastas-al-rescate-de-la-memoria-reciente-chilena-&catid=42&Itemid=98 (Consultado el 30 de mayo de 2014)


4· José M. Santa Cruz G., email al autor, 29 mayo, 2014